No se si les está pasando lo mismo que a mí. Tal vez sea una casualidad, de la vida.
Tengo a Central en mi cabeza todos los días, como siempre, pero me escapo de hablar porque me duele mucho.
Por la tarde pongo la radio, pero solo por rutina, ya que se que las cosas no van a cambiar de un día para otro.
Por la noche prendo la Pc y la parada es algún portal de Central, obvio. No se porque me martirizo, no se porque busco encontrar algo que nadie dice.
Y se que estamos mal pero trato de aliviar diciendo, que los periodistas están subvencionados por algún político de turno que responde a los colores de los de la vereda del frente.
Nacimos con mucho sacrificio, quizás sea esta nuestra cruz, que todo nos cueste el doble. Quizás las cosas así se sientan con mucho más sabor. Nunca nada se nos regaló, creo que es mejor, sino no seriamos tantos.
Por momentos me pregunto que hemos hecho para que todo esto nos esté pasando. Solo amamos mucho nuestros colores. Eso no esta mal, entonces ¿porqué?
No me quiero morir sin verte campeón, quiero festejar con mi viejo, con mi familia, con mi hermano, hasta con mi viejita que se queda en casa por cábala. Ella no va a la cancha, es parte de nuestra estrategia, sacrificamos su presencia por una victoria, por una sonrisa. Pero muy bien sabe que es por el bien de todos, incluso para ella, también.
Y así estoy, escuchando, buscando, delirando, soñando y con la esperanza de que todo termine de una vez. Con la firmeza de que nadie va a bajar los brazos, y con la certeza de que esta pasión puede terminar con tanto dolor.
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