Con el corazón en la mano

Ustedes entenderán, porqué en mis palabras hay un dejo de tristeza. Lo que acaba de pasar no sale de mi asombro.
No tengo explicaciones para esta reiteración de fallas y de puntos perdidos como si nada. No me quedan palabras para poder describir este sentimiento (que no se que es, si bronca, dolor, impaciencia). Un primer tiempo que supero ampliamente todo lo hecho en Santa fe, coronado con el gol de Arzuaga,luego de una gran jugada de José Vizcarra el colombiano la empujó y lo cambió por gol. Hasta ahí el partido lo manejaba muy bien Central, con desbordes, con llegadas y siendo superior a su rival. Pero los minutos estaban contados y después del entretiempo vino la debacle total.
El juego de Calgaro se cayó a pedasos, y el medio campo ya no supo manejar la pelota, Olimpo aprovechó nuestro errores y en la primera que tuvo nos empató el partido.
Los cambios nuevamente, se hicieron esperar y a esa falta de aire nuevo se le sumó las desinteligencia de los jugadores para poder revertir el resultado. Nuevamente no se pudo, pero lo que empeora aún más la situación es que enfrente estaba un equipo recién ascendido, con nombres que no deberían haber complicado nuestro juego, ni entorpecido nuestra victoria.
Y cabe recalcar, el sentimiento canalla, que se hizo presente haciendo frente a tanto dolor. Los canallas somos fuera de serie, me emociona decirlo pero a la vez me esfuerzo en recordarlo porque el 11 de noviembre iremos a las urnas, espero que quienes tengan la dicha de gobernar nuestro club no se olviden (como los que se fueron) de la pasión y de los colores. Y que Rosario Central es y seguirá siendo por siempre de la gente.

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